SALIR DE LA CUEVA

Aunque está de moda salir del armario, deberíamos empezar a plantearnos el salir de la cueva. Estamos en la era de las comunicaciones y de las no-distancias, pero a veces parece que seguiremos viviendo en cuevas y vistiendo taparrabos, porque... mira que somos burros.

De ahí, que mi primera intervención en el bloggoniverso estelar, sea para recordar esas burradas nuestras o "de otro" que nos recuerdan que no hace tanto tiempo del hommo antecesor, que fue ayer, qué digo ayer, esta misma mañana.

Por ejemplo: Antesdeayer iba con mi madre (la Luisa, ochenta y tres años, aunque no los representa) agarraditos del brazo, estábamos esperando el semáforo verde para cruzar una calle, cuando tres personas de enfrente de nosotros comienzan a cruzar algo escorados de las líneas del paso de peatones del semáforo, como a casi dos metros. De pronto escucho como una furgoneta viene hacia nosotros, acelerando, con la intención de que no se lo encontrara de color ámbar (supongo). Yo estudié la trayectoria del vehículo y la de los tres peatones y según mis cálculos, podía terminar en atropello. Para colmo de males uno de los tres peatones, una mujer de unos cincuenta años, comienza a detener su caminar, mirando a la furgoneta, como desafiando, como diciendo: "a que te hago parar". Encontré la situación surrealista. Yo veía a mi madre cómo miraba el semáforo y parecía que pensaba: "a ver, a ver, rojo se espera uno, verde se pasa, rojo se espera uno, verde se pasa, y..... o yo estoy tonta o esta mujer se está jugando la vida". La furgoneta, que no estaba dispuesta a esperar lo que dura un semáforo en rojo de una calle secundaria de Madrid (mucho tiempo), dio el volantazo, invadió el carril contrario (que no venía nadie) y pasó, que es lo que le interesaba. Pues bien, la señora en cuestión, se puso otra vez en movimiento para acabar de alcanzar a la acera, y dirigiéndose a sus compañeros de paseo les dijo: "fijaos, era un panchito (término despectivo para denominar a inmigrantes sudamericanos), qué desgraciado, ¿no ve que es un paso de peatones?". Al escuchar eso no pude por menos que dirigirme a ella diciendo: "perdone, pero en realidad es un semáforo y él lo tenía verde". Esta mujer no se dignó en verificarlo y mirándome a mí dijo: "Otro gilipollas".

Esta anécdota es uno de los ejemplos sobre el tema al que me refiero con "salir de la cueva". Esa mujer con un cerebro superior al de otras especies animales de este mundo, no dejaba de ser un neardenthal en su cueva.

Seguiremos informando de otros miembros de su especie, que hay muchos (el gobierno israelí en pleno, Bush, Ben Laden, etc.)

Un abrazo a todos.